sábado, 12 de febrero de 2011

el comienzo


Estaba sola en la habitación me levanté y vi una luz en la puerta de al lado, estaba cerrada pero quería comprobar quien había ahí, traqueé y pregunté, asomé la cabeza,  había solo un chico sentado en una cama, Jaime,  era una habitación, me dijo:
-           no deberías estar aquí, Alejandro te estará buscando.
-          Me he despertado sola, no se donde está ¿y tu que haces aquí? ¿no deberías estar con Rose?-me di cuenta de que no estaba bien-¿estas bien?
-        -  Hemos discutido, no sé que hacer…-no sabia que decirle a ella no la conocía mucho
-          -Sé feliz, somos amigos y lo único que puedo decirte es eso. ¿te apetece comer algo?
Asintió. Había mucha gente en la casa que era enorme. No nos encontramos con nadie, todo el mundo estaría  en la sala de estar, en comedor o habitaciones. No había nadie en la cocina. Cogí  una caja de cereales  y me senté en el poyo. Jaime y yo nos conocíamos 4 años, teníamos buena relación, aunque no de amigos íntimos, íbamos por rachas. A decir verdad no éramos amigos, éramos algo menos que eso. Alejandro y Rose si eran amigos, muy amigos. Nunca me había preocupado ya que ella no era mala chica y siempre había sido buena conmigo.
-          ¿Crees que están juntos?-cortó mis pensamientos de repente- ¿crees que estarán hablando?
-          Imagino que sí, pero tú estas hablando conmigo.
-          Me voy a ir, quiero estar solo
-          Está bien pero díselo a ella.
Subió a por su macuto, yo esperé allí. Seguro que estarían en el patio porque no había otro lugar, hablando, los dos, solos. Volvió a bajar y dijo:
-          Voy a asomarme primero por la ventana-yo lo miré con cara de extrañada, pero la verdad es que lo seguí.
La verdad, eso era lo que vimos en ese momento, él y ella besándose, mi reacción pasmada y lagrimas silenciosas caían por mi cara. Él se lo esperaba. Se dio la vuelta dispuesto para irse.  Dije en voz baja y entre lágrimas:
-          ¿Me puedo ir contigo?
-          Si…

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